Sueños de papel
Martina Beilinson es una artista que logra mil formas plegando, cortando e interviniendo papel para lograr piezas únicas en un proceso que requiere de mucha precisión y paciencia. A través de ella conocemos más sobre estas técnicas de papel calado o «papercut».
Martina es argentina y se radicó en Uruguay hace casi 4 años. «Llegamos en julio del 2017 desde Rotterdam, Holanda. El cambio se dio por el trabajo de mi marido. Surgió una posibilidad de venir para acá y nos aventuramo». Reconoce que costó un poco al principio, sobre todo por el contraste entre ciudades. Desde un lugar tan cosmopolita y liberal, con muchas cosas sucediendo al mismo, aterrizaron en un país que tiene otros ritmos, un escenario distinto con mucho verde, distancias amplias y un entorno familiar. «Pero te terminás enamorando porque tiene una calidad de vida que no la vi en ningún otro lugar», destaca.
Te has dedicado a la comunicación desde distintas posiciones en grandes organizaciones y empresas en diferentes países. ¿Cómo han sido esas experiencias?
Si, tuve la suerte de poder estudiar Diseño Gráfico en Nueva York, esa ciudad me tenía loca de chiquita y supe que en algún momento iba a vivir y trabajar allí. Luego me fui a Madrid donde despegó mi carrera en publicidad como directora de arte en varias agencias, y cuando decidí volver a Argentina me metí en producción de publicidad y eventos. Así que mi carrera siempre giró en torno a la comunicación y producción, en lograr descubrir las herramientas y canales adecuados para transmitir cosas.
¿Qué le aporta tu faceta profesional a la Martina artista?
Cuando haces cosas relacionadas al diseño, lo que todo «mentor» te enseña es a observar, mirar y recolectar todo lo que te llame la atención. Luego cuando hay una consigna clara, analizar lo que tenés, mezclarlo y verlo de distintos ángulos. Las herramientas del «papercut» las aprendí en la universidad, me armaba mis propios libros y toda presentación era un montaje. Con los años, y luego de haber visto mucho, buscado referencias para campañas, estilo de ilustradores, etc., descubrí un par de artistas que hacían cosas buenísimas con papel.
¿Cómo y desde cuándo te acercaste a la intervención del papel como expresión plástica?
Fue recién a fines de 2019. Me tenté con obras que veía de Dalia Katz o Lucila Biscione, y decidí tomar un curso con ellas para validar y pulir la técnica. Empecé de a poco con el fin de hacerlo mi hobbie y mi terapia.
Tuve buena recepción de gente cercana: críticas constructivas y algunas destructivas, pero confiaba en que podía hacerlo. Tarde o temprano si uno le dedica tiempo y ganas, creo que puede proponerse hacer casi cualquier cosa. Y así se dio, ahora que estoy en el mundillo, miro todo lo que hacen los profesionales del papercut y en vez de frustrarme, me inspiro, agarro cosas de diferentes artistas e intento crear mi propia identidad.
¿Cómo es tu proceso de creación y cuánto tiempo le dedicas?
La mayoría de los pedidos de clientes vienen con una referencia entre manos, cosa que hoy en día entre Pinterest e Instagram es muy fácil. Lo difícil está en poner tu propia impronta en un trabajo referenciado.
A veces es más difícil darle un giro a trabajos de otros que arrancar en una hoja en blanco.
Para cualquiera de los casos intento ir hacia figuras más definidas, no tan orgánicas. Lo abstracto a veces me cuesta, pero es un excelente desafío porque es algo más natural y siempre agradable a los ojos, digamos que fluye. Aparte de diseñar figuras inspiradas en la naturaleza y armar el boceto, busco alternativas de papel (textura, gramaje, intervenido con pintura o estampado).
Suelo tardar entre tres semanas a un mes y medio. El año pasado venía dedicándole 2 horas por día, ahora con mis hijos escolarizados supongo le podré dedicar más horas y agilizar los procesos.
¿Dónde se pueden ver tus trabajos y cómo se pueden comprar?
Mis obras por ahora las publico en Instagram y Facebook, aunque no se me dan muy bien las redes sociales. Paso tanto tiempo con cada obra que cuando la termino, me olvido de documentarla, es como que pierdo la paciencia, ni bien está montada y sellada en el marco. Quién lo diría después de horas y horas cortando minúsculos papelitos.
Por ahora solo hago por encargo. Desde que arranqué no tuve mucho tiempo para armarme de creaciones sin dueños. Tuve mucha suerte y estoy súper agradecida de la gente que apostó por mí.
¿Qué proyectos tenés como artista para este 2021?
Me encantaría armar una muestra para fin de año, poder investigar en nuevos diseños y probar cosas, hacer y deshacer a piacere. ¡Ser mi propia clienta!
