Chris Stefansson, una ciudadana del mundo
Dinámica y entusiasta, mamá de 2 niñas y esposa de un reconocido jugador de fútbol internacional, Chris Stefansson trasmite su pasión por los desafíos tanto cuando realiza una rutina de ejercicios como cuando cuenta detalles de una vida que ha transcurrido en muchos lugares.
Nació en Luxemburgo, su mamá es uruguaya, su padre islandés y su hermana española. Haber crecido en una familia internacional le da una visión del mundo muy amplia y no la condiciona el lugar donde viva. «Me adapto a cualquier ciudad y a los desafíos. Casarme con un jugador de fútbol hizo que se repitiera la historia que viví de chica, y me encanta, siento que el mundo es mi lugar y tengo la libertad de elegir donde echar raíces y en qué momento. Además, me gusta poder inculcarle lo mismo a mis hijas y enseñarles que no hay límites», confiesa.
Una familia internacional
Toda la familia de su padre vive en Islandia y la de su madre en Uruguay, a veces les gustaría tenerlos a todos juntos, pero por otro lado reconoce que es una excusa para seguir viajando. La tecnología le permite mantenerse en contacto permanente con todos, no importa dónde esté.
Desde que nació hasta los 2 años de edad vivió en Luxemburgo. Sus primeros recuerdos de la infancia son de Palma de Mallorca, España, el lugar donde además nació su hermana.
Su padre era piloto de aerolíneas comerciales, y eso llevó a la familia a vivir a Arabia Saudita. «Un lugar bastante complicado para vivir en los años 80», recuerda. Su mamá tenía que ir con el rostro cubierto cada vez que salían del barrio privado en que vivían los extranjeros. Comenta Chris que «fue una etapa un poco dura, en la que mi mamá se sentía triste, el lugar era inhóspito en muchos sentidos y era todo lo contrario a los recuerdos que tenía de Mallorca, que para mí era un paraíso». Después volvieron a vivir en Mallorca y cuando tenía 8 años, tras el divorcio de sus padres, se radicó en Uruguay. «Fueron momentos difíciles donde el país me representaba también la separación física de mis padres. Con el tiempo esa herida fue sanando y mi cariño por Uruguay fue creciendo. Mi vida se fue desarrollando aquí hasta los veintitantos que decidí irme a vivir sola a Europa nuevamente», cuenta esta viajera incansable.
Vivir por el mundo
Chris formó una familia con Gary Kagelmacher, actualmente jugador de fútbol del Club Atlético Peñarol. «Yo me había ido a vivir a España en 2007 y él de casualidad también, pero en ciudades distintas. Mi hermana en 2009 fue a hacer un impasse de la facultad y a través de ella conocí a Gary. Nos visitó un día para comer una pizza y desde ese momento no nos separamos más», relata sobre su historia de amor. Se conocieron en la ciudad de Madrid, estuvieron 4 años de novios y se casaron. Poco más de un año después tuvieron a su primera hija y 4 años más tarde a la segunda.
Siguiendo la carrera de su esposo residieron en 6 países diferentes y desde 2020 están en Uruguay. La noticia de venirse por la oferta de Peñarol fue una sorpresa. Su esposo no tenía previsto salir porque le quedaban 6 meses por cumplir en el club belga en el que estaba jugando. Si bien ya había habido tratativas antes, para Gary Kagelmacher era un sueño vestir la camiseta aurinegra y el pase fue una forma de cerrar una etapa para comenzar otra. Chris acompañaba ese sueño y lo veía como una oportunidad para que sus niñas reconectaran con la familia de acá.
Sus hijas tienen 6 la más grande y 2 años la menor. «La mayor nació en Francia, y cuando tenía 2 meses y medio nos fuimos a Alemania, de ahí a Israel, luego a Bélgica y ahora estamos acá», cuenta Chris con orgullo. «Nació con el chip del cambio y lo tiene muy incorporado, es admirable, siempre está esperando desafíos porque le parece natural, lo heredó de mí», comenta, reconociendo una plasticidad neuronal increíble para, por ejemplo, manejar varios idiomas en muy poco tiempo como el español, el inglés, el alemán, el hebreo y el holandés.
Elegir vivir en los barrios privados le dio tranquilidad por la seguridad tanto de sus hijas como de su casa. Eso hizo que no cambiaran mucho sus hábitos respecto a cómo vivían en Europa. «Mis hijas salen a jugar a la calle con sus amigas, tienen libertad. No sé si en otro lugar eso se hubiera dado». También le permitió coincidir con vecinos con los que se lleva muy bien. «Mis vecinas me abrieron las puertas de sus casas y me integra- ron a la comunidad súper rápido, lo que logró que no me sintiera aislada durante la pandemia», destaca.
Una deportista apasionada
«Soy una mujer sumamente activa, me encanta hacer deporte y sentir que aprovecho cada minuto del día. Ir al gimnasio en cada lugar donde viví me permitió conectar con la gente. El deporte es mi terapia, es como que me olvido de todo y a la vez me siento empoderada y revigorizada», señala.
Cuando empezó a dar clases quiso trasmitir a la gente lo que siente al practicar actividad física y conectar a las mujeres con una mejor versión de sí mismas. «Me encanta el mundo del fitness, todo lo que sea trabajo de fuerza y combinarlo con aeróbicos. Estoy jugando al hockey también y me siento muy bien en el equipo de Viñedos», comenta esta deportista apasionada.
El verla entrenar tanto causó curiosidad entre sus vecinas y el boca a boca hizo que se empezaran a generar grupos de personal training, primero en su barrio, y luego más lejos, como en Parque Miramar por ejemplo. Hace notar que «esto respondió a una necesidad de mantener una actividad física ante el cierre de los gimnasios y el brindar clases al aire libre por la zona fue una oportunidad que no quise desperdiciar. Al final del año pasado empecé a generar más contenidos online y a compartir rutinas para aquella gente que quería seguir entrenando desde su casa de la mano de un profesional».
Las redes sociales
Confiesa que el término influencer no le gusta, en todo caso prefiere llamarse a sí misma motivadora y trabajar con su plataforma online aportando contenido para las chicas que la siguen y ven sus rutinas. «Estoy para brindar todo lo que aprendí de la mano de mis mentores en el camino del fitness, la actividad física y todo lo lindo que a mí me deja el deporte». La mayor parte de sus seguidores son mujeres y Chris quiere trasmitirles que no hay limitaciones, que siempre se puede. «Ese es mi objetivo con las redes sociales», dice enérgicamente, agregando que quiere que las mujeres prueben distintas actividades físicas «hasta que encuentren la que les gusta, les motive y las haga felices».
Marcas como New Balance, Silks, Sportmarket, Inner Beauty y Koop la eligen como embajadora en Instagram para promocionar sus productos y servicios.
Planes de futuro
Respecto a la posibilidad de radicarse definitivamente en Uruguay, Chris Stefansson remarca que al día de hoy la idea es ir siguiendo la carrera futbolística de su esposo, sopesando varios factores, entre ellos, la calidad de vida de sus hijas. Ella por su parte, está creando una plataforma online cada vez más sólida y siente que puede establecerse en cualquier parte y adaptarse.
Confiesa que después de haber vivido en tantos lugares, el tema de la temperatura y el clima no es menor. En cuanto a lugares en que les gustaría vivir, Chris destaca por ejemplo el sur de Francia. «Bélgica, y en especial la ciudad de Amberes, nos encantó y la sentimos como nuestra casa. De tener una oportunidad de vivir en España, no descartamos la isla de Palma de Mallorca; lo mismo sucede con ciudades como Tel Aviv…». En realidad, todo gira en torno a las oportunidades para la carrera de Gary Kagelmacher, y si es posible estar cerca del mar.
Está claro que Chris Stefansson es una ciudadana del mundo y que desde muy pequeña está habituada a los cambios y los desafíos. Sin dudas esta personal trainer, mamá y esposa nos enseña el valor de vivir e presente y disfrutar de la vida, no importa donde uno se encuentre.