Un HOGAR perfecto para una FAMILIA
Gochi Paez Vilaró nos recibe en su casa de Lomas, donde se respira aire de familia, arte y objetos antiguos que, narran tradiciones.
MI LUGAR EN EL MUNDO / GOCHI PAEZ VILARÓ
Cuando uno ingresa por el camino de piedras grises rodeado de vegetación y golpea la puerta de la casa de la familia Guynot de Boismenu, ingresa en un mundo cálido y acogedor que te invita a sentarte en alguno de los sillones cómodos del living o el estar, servirte una taza de té de hierbas de la huerta y probar una delicatesen cocinada por alguna de las tres hijas de Gochi.
«Mi casa es Mi lugar en el mundo, donde amo estar, donde me quedaría horas mirando por la ventana. Me gusta que se usa entera todos los días y que es un hogar que te invita a tirarte en un sillón y no moverte», así define Gochi.
María Elena de los Andes es el nombre real de esta mujer, madre de cinco hijos (Justina, Mía, Violeta, Juan Justo y Alexis) y casada con Alexis Guynot de Boismenu. Hija de Carlitos Paez Vilaró y nieta del artista Carlos Paez Vilaro.
La puesta en escena de la decoración del living gira en torno a una chimenea que le da ese toque cálido al ambiente. Predominan los muebles rústicos, una biblio- teca que contiene libros de todo tipo y arte gauchesco colgado de las paredes. Todo lo contrario al estilo minimalista, se pueden observar todo tipo de objetos de decoración como cuchillos, cuadros, velas y muchos adornos de diferentes tamaños y colores. «Mi casa no tiene estilo ni línea de decoración, no tomo medidas ni decoro nada .. compro lo que me gusta y lo hago entrar o le genero un rincón, me gustan las casa con personalidad y con impronta de cada familia, siempre acompañado de flores, velas y rico olor», explica Gochi.
Según el ambiente, ella fue en búsqueda de objetos que encontró en distintos anticuarios como Bavastro o heredados de su familia Paéz Vilaró. En sus propias pala- bras: «vengo de una familia de mucho arte y siento que heredé de mi abuelo el orden dentro del desorden y lo descontracturado». Sin dudas, Gochi es natural y espontánea lo que la lleva a construir lo que se le vaya ocurriendo y de esa manera es una generadora de espacios nuevos. «En casa hay mucha cosa pero todo esta muy ordenado. Cada objeto que tengo en casa pasa a ser parte de mi vida, me cuesta mucho sacar cosas de la casa y le doy un valor muy grande a cada cosa», asegura.
Gochi comienza su día muy temprano, alrededor de las seis de la mañana y es una fiel admiradora de los amaneceres que ofrece la privilegiada ubicación de su casa: terreno rectangular que finaliza en una laguna artificial y un conjunto de árboles que se reflejan como si fuera un espejo. La luz del sol que, aparece tímido detrás de las ramas expone un arcoíris de colores rojizos, amarillos y azules. Para ella, «los amaneceres en mi casa son el mejor momento del día, cuando la mañana esta quietita y en silencio. Tener el amanecer adentro de mi cuarto es una bendición que no me canso de agradecer. Tener un lago frente a mi casa es lo que hace que sean diferentes y que todas las estaciones tengan su encanto. Los ruidos de los pájaros, grillos y ranas son característicos del calor o el frío».
La familia de Gochi Paéz Vilaró tiene el encanto y los valores de la amistad, la empatía, la gratitud y la felicidad. Al final del día, los Guynot de Boismenu se reúnen en una mesa con un lindo mantel y mientras intercambian anécdotas de su rutina disfrutan de la comida. «Después llega el placer de meterme a la cama temprano, me gusta preparar el cuarto para dormir. Tengo unos veinte almohadones sobre mi cama que saco todas las noches, la televisión prendida, una taza de té de boldo, tilo y manzanilla, el celular y un chocolate en la cama», nos cuenta.
En algunas noches de calor, Gochi abre las ventanas para escuchar el sonido de los grillos y la sensación del anochecer y destaca que lo mejor son aquellas noches de verano con la luna llena reflejada en el lago.
